miércoles, 13 de junio de 2012

Lástima por una alienada

Por: Miguel Núñez
Cuántas veces me he puesto triste
cuántas veces he llorado
por ver cómo muchos peruanos copian costumbres que hacen daño
costumbres que desunen, hábitos que separan.

Cuántas veces me he preguntado
¿Por qué no poder visitar más mi Perú profundo?
sólo me he quedado con dar a conocer a mi gente
que el Perú tiene muchas y valiosas riquezas,
no la maldita corrida y sangrienta corrida de toros
no una u otra religión que se hace llamar verdadera
no la ciudad que tiene los más grandes mercados modernos
no en la gente que es más blanca
sino en saber dar a conocer lo que edifica.

Mi tolerancia ha llegado a la cúspide y creo que me faltan fuerzas
pero mirando más arriba, siento que todavía continúo.
Hay más obscenidades que dañan nuestra cultura pero también veo
que aumenta en mí la sabiduría para enfrentarlas.
Matar de esa forma animales ¿qué gozo encuentro yo?
si las practico ¿qué formación estoy dando yo?
si hasta el cansancio veo la ignorancia compitiendo con la razón.

Veo a peruan@s que por usar piercing se creen europeos
que por tener el pelo rubio ya son norteamericanos
que por ir a un Mall Plaza los productos peruanos no merecen confianza
que por sostenerse en un escritor, ya son letradas
que por saber leer la palabra "cultura" ya son cultas
Sin embargo, a veces, los rasgos autóctonos los delatan
y le dicen "oye no te olvides lo que eres, ama lo tuyo"
pero dichas personas no quieren.
¡Qué pena! yo les digo.

Cuántas veces me he puesto triste
cuántas veces he llorado
por ver cómo tú como robot y saco viejo sucio
asimilas vivencias que te mandan al forado.




Anotación
  • Vean este foro donde participé sobre una corrida de toros (a muerte)  http://www.forosperu.net/showthread.php?t=198038&page=36 Esto me motivó a ver las cosas de otra manera, aunque ya años atrás yo estaba en contra.
  • El sadismo de ver al animal sufrir es lo que no entendía. Me hizo recordar cuando era pequeño y jugaba con las aves y las hacía sufrir ahogándolas para ver si aguantaban la respiración por más tiempo. Ahora entiendo el por qué el gusto de la corrida de toros a muerte.
  • Por otro lado, hay maneras de recrearse con el toro o las vaquillas. Las corridas a capeo o las bufas, ambas que forman parte del "Festival taurino".
  • Mi poema no va dirigido a las personas que no saben diferenciar el bien y el mal o a aquellas que les enseñaron sus ancestros a comportarse de esa manera (en los Andes por ejemplo); sino a aquellos que siendo letrados, viendo el negocio de por medio, caen en una práctica cuyo rechazo aumenta día a día.
  • El poema lo hice especialmente para una forista, jovencita aún, que más se siente europea que americana. No por la corrida de toros sino por la manera cómo denigra de su cultura peruana aminorándola a través de la internet. Personas así deben ir desapareciendo. Son alienadas.